miércoles, 30 de noviembre de 2011

V TRAIL CARTAGENA. TOCANDO EL CIELO

Echando cuentas..., sin darme cuenta, poco a poco, esta es mi sexta carrera de montaña y lo que empezó siendo una incertidumbre, un mar de nervios, comienza a ser algo agradablemente familiar, aunque sigo sintiendo esa sensación de sentirme ante una aventura, ante lo desconocido, ante una nueva batalla.


Un respiro 
 Así, que enfilo con mi Xara hacia Canteras para llegar a Galifa a correr el V Trail Cartagena. Me inscribí sin pensarlo, sin reflexionar mucho..., miré su perfil y me gustó..., correr al lado del mar. El único "pero" es que Juanje, mi compañero en las últimas batallas,  ha tenido una lesión en la rodilla y tendrá que esperar a recuperarse, aguantando el "mono" que tiene encima, me manda un sms con ánimos desde Aranjuez.


Unai

Llego a Galifa con tiempo de sobra. Me encanta el ambiente previo a las carreras. Recojo el dorsal y me voy al coche a representar el ritual previo a todas las carreras: imperdibles, tu camiseta preferida, el buff y las manías que tengamos cada uno. Montamos en los autobuses que nos llevarán a la salida y allí mientras calentamos un poco, saludos y intercambio de historias con los amigos, compañeros de las carreras. Es curioso, pero es muy difícil que alguiente te diga "tío, estoy a tope..., hoy me salgo, hoy es mi día, hoy voy a disfrutar...". Los corredores somos unos pupas. Nos ponemos la venda antes que la herida..., ja ja ja. Así que los comentarios que más se oyen son de este estilo: "Menudo catarro pillé hace 5 días, no he podido entrenar..., tengo un gemelo..., no he podido entrenar los últimos días, he estado liado..., los isquiotibiales me..." y toda esa cantinela.

Bueno, pues después de saludar a Pedro y a Joaquín (que terminará 3º de su categoría en una gran intervención) de nuestro club amigo "Ermita de Burgos", mientras hablo con él, oigo un cencerro que indica que comienza la carrera. Inicio inmejorable. Salgo de los últimos, y durante el primer km. voy a un ritmo tranquilo pero adelantando a algunos corredores. De pronto, se forma un embudo (como en la carrera del Valle) donde, como hormigas, comenzamos a subir El Roldán. Dura subida, pero la verdad es que en la zona en la que voy no me canso mucho porque no se puede ir más rápido. Imposible adelantar (más tarde, agradeceré este regalo) Al rato coronamos la cima y el primer regalo: una preciosa vista hacia el Mediterráneo, miro hacia atrás y veo el puerto de Cartagena, impresionante. 



Belén

Comenzamos la primera de muchas bajadas, más fáciles que en Ricote, pero hay que llevar cuidado para no resbalar. Algunos me pasan como flechas, se apoyan en mi hombro y se disculpan; todo un detalle. Eso se repetiría más de una vez, adelanto en las subidas y me machacan en las bajadas, pero aunque se que tengo que mejorar esa faceta poco a poco, hace tiempo que aprendí a aceptar mis limitaciones y mis puntos fuertes (todavía los estoy buscando). 

 Los puestos de avituallamiento son geniales: naranjas, plátanos, bebidas isotónicas, agua y ¡Dulce de Membrillo!, es difícil encontrar algo que me pueda sentar mejor, así que paso de mi barrita de cereales y del gel y me zampo un trozo de membrillo en cada avituallamiento. Los que nos atienden de la organización son geniales..., animan, sonríen..., cómo se agradece.  Y sigo y sigo hasta llegar a la subida de La Muela..., menuda mole. Con calma pero con ganas. A esta altura ya he hecho algún amigo y amiga durante el recorrido: Belén, que curiosamente vive en Santo Ángel aunque es de Almansa y Unai, que vive en Cartagena. Empiezo a ver caras que me van siendo familiares de tanto adelantarnos unos a otros y por fin Quique, que ha compartido con nuestro club muchas carreras, está hecho un fiera a pesar de ampollas y algún calambre..., seguiremos juntos hasta la meta.



Subida a La Muela

Sobre el km 19, cuando crees que ya es pan comido nos encontramos un pedazo de subida que nos pone de verdad a prueba. Pero a estas alturas da igual lo que nos pongan, nos merendamos la subida dando gracias por haber reservado fuerzas y por haber entrenado lo suficiente para terminar la carrera apretando el último kilómetro. Por cierto, un voluntario de la organización nos anima a gritos, simpatiquísimo. Gracias. Comenzamos la última bajada y al rato veo las casas a lo lejos.  Entro en la meta con Quique entre aplausos de la gente enrollada y como siempre, sin casi querer, levanto los brazos como si hubiera ganado, sintiéndome vivo, eufórico, feliz. Es lo que tiene haber empezado ya mayorcico a correr estas pruebas. La montaña me ha enganchado.


Quique y Tomás

Encuentro a Unai y hablamos un rato. Me comenta que ha corrido algún UltraTrail, de 70 y más kms. y que es otra historia. La bestia que llevo dentro se empieza a despertar..., y ya me veo con algún colega intentando alguna burrada de esas. Pero eso es otra historia.



Al final, puesto 98 en la general y 4 de mi categoría. Solo lo siento por mi familia, mis amigos y mis compañeros de trabajo que tendrán que soportar mis batallitas los próximos días, porque esto ha sido una gozada. Gracias a todos ellos. The Lost Runners. (Todo sigue, Fiko ha venido y mañana..., entrenamiento nocturno al Relojero)


3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo en los comentarios de las salidas, y muy buen tiempo, en la montaña se mira menos el reloj y ademas engancha mas. Un saludico.

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  2. Madre mía,... que envidia me das. Yo aún sigo lesionado con el tema de la "fascitis plantar" o algo así, que traducido significa; que cada vez que corro, al día siguiente me duele mogollón el talón. Aún asi para el día 11 me vuelvo a probar en la media de Torre Pacheco a ver que pasa. Para mi las carreras de montaña, de momento, se han terminado.... Que crónica mas buena has hecho de la carrera, tu tendrías que haberte dedicado al periodismo.... da gusto escucharte.

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  3. Que buen resumen de la carrera, de tus emociones y sentimientos antes, durante y después de la misma. Siento como Joaquín una envida sana y lamento aún más no haberte podido acompañar, espero que la próxima "la corramos juntos" como la de Ricote, mientras me conformaré con "los paseicos de los sabados" y a intentar recuperarme cuanto antes de mi lesión de "cintilla iliotibial" (parece que suena mejor que decir que tengo la rodilla jodia...).
    Un abrazo montañero.

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