Hace apenas unos días, viví un día mágico, pensando que cuatro grandes amigos míos estaban viviendo unos momentos que culminarían horas y horas de entrenamiento durante meses. Sergio y Fiko corrían la Marató de Barcelona, Juanje y Joaquín la Media Maratón de Murcia. Aproveche la mañana para dar un pequeño paseo por el monte, asumiendo que mi espalda no me permite estar con ellos, y esperando que algún día pueda volver a correr con ellos y compartir esos momentos. Solo los corredores saben de lo que hablo. Seguí los tiempos de paso de Sergio y Fiko con mi iphone, emocionándome de ver como se iba a cumplir el sueño de Sergio, que Fiko le acompañaba y además tenía a Sara enviándome alguna foto y contándome cosas de esa lluviosa mañana. Hurra por Sergio y Fiko..., Hurra por Joaquín y Juanje...
Tomás
Relato de Sergio
En una jornada marcada por la presencia de más de 18.000 participantes
y de la lluvia, que ha hecho acto de presencia de forma intermitente durante la
carrera, pude disfrutar de la satisfacción personal de
conseguir un gran reto, algo impensable hace casi 2 años cuando me inicié en el
mundo runners, gracias a tí Tomás.
Desde luego que existen muchos tópicos,
tales como, "todo esfuerzo tiene su recompensa", "cada cual
recoge lo que siembra",etc. y son ciertos, han sido casi 4 meses de
entrenamiento, soportando muchas inclemencias meteorológicas, viento, mucho
frío, lluvia y por supuesto la situación familiar, con 3 criaturas, se hace
difícil encontrar un hueco, pero se encuentra y después de todo ello, que
queda, una hazaña completada con éxito, 3 horas y 29 minutos, acompañado gran
parte de la carrera de un gran campeón, Fiko, con su fuerza y ánimo pude
completarla y a su vez, disfrutarla más si cabe, ¡GRACIAS FIKO! ¿Para
cuando la próxima?
Fueron muchos los
momentos estelares a lo largo de los 42 kms, pero el más emocionante
sin duda se dió a unos metros de cruzar la meta, dado que el
tiempo no acompañaba a este gran evento, no esperaba la presencia de Sara y mi
pequeña princesa Lucía, pero de repente cuando quedaban apenas 10-20 metros, escuché un
grito que me resultó familiar, ¡¡Sergio!! Allí estaban las 2, aunque la peque
se había dormido preguntado, ¿Cuándo llegaría su papá?, la emoción me embargó y
crucé la meta con lágrimas en los ojos, ¡¡lo he logrado!!
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