No somos Corredores de Montaña auténticos.
Todos nosotros en LostRunners participamos más en asfalto. Sin embargo, algunos de nosotros comenzamos a acercarnos tímidamente a esta bonita pero exigente modalidad. Comenzamos con la media de Calasparra, Joaquín hizo la la Al-Mudayna, hemos participado en la Media de El Valle dos años consecutivos, pero no habíamos acometido alguna carrera un tanto salvaje de las que habíamos oído (Ricote, Yeti, etc.). Fiko correrá a principios de Noviembre el Marató del Montseny, una pasada..., ya nos contará.
Todos nosotros en LostRunners participamos más en asfalto. Sin embargo, algunos de nosotros comenzamos a acercarnos tímidamente a esta bonita pero exigente modalidad. Comenzamos con la media de Calasparra, Joaquín hizo la la Al-Mudayna, hemos participado en la Media de El Valle dos años consecutivos, pero no habíamos acometido alguna carrera un tanto salvaje de las que habíamos oído (Ricote, Yeti, etc.). Fiko correrá a principios de Noviembre el Marató del Montseny, una pasada..., ya nos contará.
El pasado 16 de octubre, Juanje y Tomás (un servidor) nos fuimos a Ricote a correr una maravillosa y exigente prueba de 24,2 Km. y un desnivel positivo de 1.900 m. con solo la referencia del perfil y el recorrido que teníamos en la web del club de Ricote.
Sabíamos que iba a ser muy dura y nos preparamos bien. Mucha caminata, mucho subir al Relojero en mi caso y al Miravete en el caso de Juanje (nuestra nueva incorporación al grupo). Hablamos mucho, planificamos más y decidimos salir tranquilos con el único propósito de terminar..., sobre las 4 horas estaría bien. Intentábamos imaginarnos la carrera; no habíamos andado antes por la Sierra de Ricote, y gracias a esto..., pudimos superar el reto, yo creo que si hubiéramos hecho el recorrido andando antes de la carrera..., no vamos...
Hemos empezado muchas carreras muy fuerte para terminar arrastrándonos de mala manera. Esto no nos podía pasar en Ricote: había que disfrutar de la carrera y mucho, para seguir con la ilusión de participar en las carreras de montaña, muy diferentes del asfalto. La dureza de las pruebas se ve compensada con las sensaciones tan bonitas de correr por senderos, ramblas y entre pinos...
En la salida, nos encontramos con algunos compañeros de la sección de montaña del Club Ermita de Burgos. A la mayoría de los corredores se les notaba tranquilos y experimentados en carreras de montaña (la equipación especializada los delataba..., Juanje y yo parecíamos dos domingueros...). El disparo nos hizo dejar las cavilaciones y echamos a correr en los últimos lugares. Pronto comprobamos que el dicho "los últimos serán los primeros" se hizo realidad aunque fuera un rato, ya que nos vimos casi en cabeza de carrera por culpa de un "gracioso" que cambió señales e hizo que los primeros hicieran una excursión entre los limoneros..., pronto nos superaron nerviosos con algún que otro empujón. Hubo malas caras pero también risas, cada uno se lo tomó como supo. Nosotros como no íbamos a ganar, pues fuimos de los que nos dió la risa (ja ja) de ver salir a corredores de entre los limoneros, maldiciendo...
Antes de 2 km ya estábamos subiendo por cortafuegos y sendas, conforme subíamos, más bonito y espectacular se ponía el paisaje. Unas nubes se aliaron con nosotros la mitad de la carrera y evitaron que la carrera fuera aún más dura. Unas sendas preciosas, con desniveles muy fuertes nos llevaron a la primera cima, después de subir unos 700 mtrs de desnivel. Juanje y yo cogimos una marcheta llevadera para intentar aguantar todo la carrera sin llegar a tener el temido "bajón" o "pájara" y lo conseguimos..., después de 4 avituallamientos, sendas (en las que Juanje parecía un gamo), ramblas, y una espeluznante bajada, con cuerdas incluidas y un sendero picado hacía abajo, resbaloso y peligroso..., salimos triunfantes con algún rasguño los dos. Tengo que agradecer a Juanje que "tirará" de mi en muchas subidas; su romance con el Miravete daba sus frutos. En los últimos 5 km, adelantamos a bastantes corredores que antes nos habían adelantado a nosotros. Reservamos esas fuerzas que nos llevaron a la meta en muy buenas condiciones. La emoción, una gran alegría y satisfacción surgió al llegar entre aplausos en la meta, después de 3 horas y 56 minutos corriendo, casi na!!
Al final, vimos los llantos muy emotivos de una corredora al cruzar la meta, y es que superar este reto, lleva detrás horas de esfuerzo, entrenamientos en solitario y los sentimientos contenidos afloran de golpe al cruzar la meta.
Ducha y paella gigante con cerveza incluida. Café y vuelta a Murcia cansados pero muy felices pensando ya en la próxima carrera. En el coche comentábamos que nos sobró ese kilómetro tan peligroso, que no nos importa esforzarnos hasta el límite, pero si se puede evitar el riesgo de una lesión grave, mucho mejor. Comentamos que el año que viene no repetiremos. ¿Quién se lo cree?
¡¡¡Suerte a FIKO en el Montseny!!!, y ¡¡¡Bienvenido Juanje a The Lost Runners!!!! Ojalá que sea la primera de muchas otras carreras que compartamos.
Por cierto, Sergio ya ha empezado a preparar la Media Maratón de Cieza...
Tomás
Por cierto, Sergio ya ha empezado a preparar la Media Maratón de Cieza...
Tomás